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En ese momento yo estaba hecho un mar de dudas y sumergido en profundas emociones; estaba bien, pero no podía demostrarlo; quería decirle algo, pero no tenía palabras; solo podía mirarla de reojo y dejar que el silencio me robe la voz.
Entonces comprendí que el silencio, ella y yo éramos uno; y fue ese mismo silencio él que me permitió escucharla y escuchar a su corazón susurrarme suavemente:
- Todos tienen derecho a ser felices ¿porqué tú no?
Date otra oportunidad, todo saldrá bien ya verás, demuestra que el tiempo no ha pasado en vano, que has matado poco a poco tu cobardía, que has madurado, que tu alma al fin es libre, que has perdonado y te han perdonado, que ha nacido en ti un sentimiento que no debes ocultar.
Es hora de hacer realidad tus sueños, es hora de aplicar en ti mismo tus consejos y todo lo que has aprendido, es hora de sonreirle a la vida, es hora de continuar construyendo tu propio destino a tu manera y en base a tus fantasías e ilusiones.
Recuerda siempre que los Soñadores NO PUEDEN SER DOMADOS! -
Mi corazón latía a mil por hora; cada
frase, cada palabra del alma me devolvían el sentido, la vida misma y las ganas
de seguir adelante. Y sin saberlo empecé a entender lo que sentía por ella, mi
mundo al fin estaba completo... El silencio me miraba expectante y mi rostro
dibujaba una sonrisa en mis labios mientras me ruborizaba. Mis ojos trataban de
evadirlo, pero a donde quiera que mirara él seguía ahí, esperando mis palabras;
y yo le dije:
- Sé que la amo y sé que ella puede sentirlo. No hay necesidad de materializar palabras porque mi corazón ya ha hablado y poco a poco lo voy perdiendo porque ahora le pertenece ella. En estos momentos estoy viviendo y muriendo a su lado, quiero estar enamorado y sentirme así toda mi vida. Y por eso te agradezco, silencio, por permitirme escuchar su corazón y por dejar hablar al mío a través de ti. Estamos los tres aquí en la eternidad y pronto mis labios se confesarán, ahora no, muy pronto sí. Por ahora tan solo dejemos que nuestros corazones bailen al compás del
silencio este dulce vals de amor... -
Y sumergido en otro universo, en mi propio mundo perfecto, a su lado y viviendo la dicha de la eternidad del presente mis ojos buscaron los suyos y mi corazón le susurro suavemente, a su vez:
- Gracias... Gracias por tus hermosas palabras y gracias por existir; espérame solo un poco más, porque pronto seré completamente tuyo. -
...
Arnaldo O.M.